2 dic 2012

"...Una sonda en lo profundo analiza cada parte de mi alma hasta dejarla vacía, con apenas el resto de mi misericordia débil, asustadiza. Cae en mi trampa, con su inocencia, tan dulce e inteligente que no se como manejar. Sus ojos húmedos están sobre mí, consolando una pena tan honda como mi propia existencia. No lloro ni grito, pero es como si lo hiciera, en cada palabra que digo hay una frustración violenta que se asoma hasta dejarme tiesa.
Quiero ser feliz, quiero saber que puedo ser feliz. Debe haber algo que no estoy haciendo, y que es imprescindible que haga. Fallo en cada intento, las cosas parecen que se aquietan y luego explotan. Explotan sobre la cara de los otros, los lastima, y yo ya no lo puedo soportar.
Antes no me importaba, pero ahora quiero cambiar ¡Tengo que cambiar! Se que la felicidad esta ahí, dando vueltas cerca mío, casi la puedo tocar con la punta de los dedos, y después desaparece, se esfuma, me deja sola..."

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